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Mostrando las entradas de marzo, 2017

El otro día...

El otro día casi se me olvida ser yo...
Se me olvido que me gustaba la música, los colores claros y sabores dulces, me empecé a convertir en alguien oscuro, alguien a quien los colores pastel le parecen "de niña", pero por alguna razón las frases cursis ocurrían a mi mente como respuestas que jamás creí dar, me volví extraña a mí misma. Incluso me enferme más seguido, como si mi cuerpo no se reconociera a sí mismo. 


Bastaba poner una canción de 3 minutos (o menos) de la famosa banda favorita que empieza con b para traer todo el recordatorio de quién yo era en realidad, la chica que está loca por ellos, son los únicos que la hacen ser ella, los únicos que la hacen vibrar y llorar con una simple estrofa, compás más un millón de recuerdos.
El otro día casi se me olvida ser yo, pero ellos me lo recordaron. 
El otro día, casi se me olvida ser yo, casi pude librarme de mi introversión, de ser llorona y quejumbrosa, pero al estar con música de ellos de fondo me sentí libre y vuelvo a ser yo. 
El otro día casi se me olvida ser yo...pero ahora sé que soy yo con nuevas vivencias. 

(2604161239)

Vive Latino

La verdad es que desde que empezó el año mis niveles de babasónica han disminuido, es decir, ya no los escucho con tanta frecuencia como hace un año. Pensé que el efecto sónico estaba desapareciendo porque "estoy creciendo" pero hace rato cuando me enteré que si transmitirían el vive latino de este año y que aún estaba a tiempo de sintonizar a mis amados y hermosos Babasónicos me dio diarrea de emoción. Jajaja. 
+Rolling Stone México 
Es mega genial sentir ese no sé qué en cada átomo de mi cuerpo al escuchar cada canción, no importa cuantas veces vea u oiga el mismo show, las tripas se me encogen y mi cerebro explota en mil colores...mucho más al ver bailar a Dárgelos o escuchar tocar la armonica, el sax o algún coro de Uma, peor cuando ponen de fondo a Tuñon bailando o la sexy voz de Carca, ver la camisa graciosa (casi ridícula) que uso Tuta, la bella guitarra de Marian o marcar cada ritmo o el gong que retumba Pancita...
Amo sentirme parte de ellos y esa sensación inexplicable que siento en el pecho-corazón. Lo malo de todo esto es que deseo con muchas fuerzas estar en un show de ellos lo más pronto posible o parece que perderé la poca cordura que aún tengo. Necesito su música en mi sangre. Nunca (en serio, nunca) me dejen. 
Hoy más que nunca...
Está fotito no es del VL17, no recuerdo su origen pero me encanto

¡LOS AMO! 

Karaoke

Parece que esto se está haciendo costumbre, escribir cada semana y lo que me paso en ella, pero es en serio, ir a Laboratoria me está mostrando cosas que no sabía que había en mi y en este caso, me enfrente a mi misma.
Fueron días duros, el sábado pasado recibí una noticia que pareció un golpe con un guante de box con mucha mucha fuerza, peor porque no la esperaba y como es obvio, me tiro directamente al piso pidiendo clemencia. No sé que tan bueno sea esto de estar esperando los golpes de gracia para hacerme reaccionar de una vez por todas. En fin. 
Está semana Gris llevó un karaoke, algunas chicas estaban emocionadas, otras tantas no tanto, jaja. Yo me puse nerviosa y emocionada a la vez, lo primero porque algunas me decían que yo cantara porque saben que estoy en el coro e imagino que piensan que canto super wow, pero no saben que me falta todo; aire, confianza y carisma para pararme frente a la gente. 
Todas las que nos quedamos aclamábamos a Gris y cuando fue su turno, la acompañamos cantando y otras, además bailaban con los brazos y cuerpo coordinado. Algo lindo de ver y escuchar. 

Por mi parte, evadía el momento para que no me tocara, pero cuando ya no pude evitarlo, pase y como por arte de magia, las canciones desaparecieron de mi mente, alguien me sugirió "Como la flor" de Selena, acepte solo si cantaban conmigo y bueno, me gusto porque todas me acompañaron y además bailamos (yo ridículamente, pero bueno), fue lindo. Las chicas poco a poco se iban y yo me quedé con Meme y Rena para hacer tiempo, fue cuando me encontré con la Silvia temerosa y desconfiada que soy en realidad para darme cuenta que no importa cuando lo oculte o disimule, ella siempre formará parte de mi y no siempre le puedo ganar. Ese miércoles me venció por completo y bueno, solo puedo aceptar mi derrota está vez y seguir luchando contra ella hasta hacerla pequeña, casi imperceptible y si tengo suerte, olvidarme de ella hasta hacerla desaparecer. 

Puta

El miércoles me prometí que no me voy a referir a ninguna mujer con el adjetivo de "Puta". 

En primer lugar porque yo no soy alguien que tenga el "poder" para juzgar a las demás mujeres y ponerles ese adjetivo. Además, cada quien sabe lo que hace o deja de hacer. 

Segundo: A mi no me gustaría que me lo dijeran así porque si, entonces ¿Por qué tendría que decirlo yo? 

Y tercero: El día internacional de la mujer, medio escribí que para generar un cambio a favor de las mujeres debemos comenzar por nosotras mismas y luego, evitar a toda costa insultar o juzgar a las demás mujeres por su manera de vestir, pensar o forma de ser. Si se acuesta con todos, está bien, que bueno que sea libre de hacer con su cuerpo lo que quiere, que lindo que eso le ayude a liberarse del estrés y grite de placer. Que felicidad que haga lo que muchas otras no quieren permitirse hacer por su educación o forma de ser. Cada quien debe hacer lo que la haga feliz y dejar vivir a la que tiene a su lado. 


Por eso, desde ayer he evitado decirle esa palabra a ella, porque algo tuve que hacer yo para que ella se convierta "en puta", duele, me duele porque siento que me la digo a mi misma. Como sea, acepto la parte de culpa que me toca (digo, si la tengo), sin embargo, ya no me lastimaré más con ese asunto. Ya fue. 


Puede "merecerlo o no" pero no la diré porque me hizo algo o simplemente porque no puedo con mi enojo, lo sea o no, no se lo diré...

3a semana

Por si se lo pregunta, jaja, llevó 3 semanas en Laboratoria (igual lo repito por si alguien tiene duda, jaja) y he descubierto que lo más difícil que he vivido no está precisamente en el código o en la manera en resolverlos.

El primer problema se presenta en si te crees o no capaz de resolverlo. Si pasas esa dificultad, viene el compararte con las diferentes habilidades de las demás. Después, tu propia creatividad con la que puedes enfrentar el problema, seguida de tu capacidad de observación y de cuanto te puedes reír o no de ti misma. 
Si se pasan todas esas adversidades (más lo que se me haya olvidado o lo que aún no he aprendido), posiblemente puedas resolver el problema "más fácil" o "difícil" diseñado para romperte la cabeza. Claro que tu capacidad lógica es esencial, pero si no estás física o mentalmente bien, la más simple operación te costará años entenderla o ver la manera de resolverlo. 

Es difícil enfrentase a uno mismo y para nada es fácil vivir con tu propio reflejo en la pantalla de la computadora, si, estás rodeada de gente pero en realidad, ¿Quién te conoce? ¿Te conoces tu misma? ¿Qué harías en el lugar de la que se encuentra a tu lado? ¿Serías valiente? 


El miércoles me di cuenta que tengo un problema del que no era consciente. Es querer controlar lo que no puedo, se me dificulta soltar las cosas y aceptar que no todo es mi responsabilidad. Tengo que no soy ninguna heroína, ángel o algo parecido que tiene que estar ayudando a medio mundo con sus problemas, tengo que aprender que primero debo resolver mis propios asuntos y solo puedo apoyar a los demás, solo si me lo piden. Necesito autoeducarme para entender que no tengo que culparme por los problemas de los demás. 


Eso, hasta ahora, ha sido de las cosas más complicadas que he tenido que enfrentar...supongo que lo importante es haberme dado cuenta para "corregirlo" o mejor aún, enfrentarlo para saber como vivir con eso. 

¿Y si enseñamos a las niñas a ser valientes, en vez de ser perfectas?

Ya aprovechando estos días, dejo una lectura y un vídeo con el mismo tema. "¿Y si enseñamos a las niñas a ser valientes, en vez de ser perfectas?"

En la década de 1970 una psicóloga de la Universidad de Columbia realizó una serie de experimentos con niñas y niños que arrojaron resultados inesperados. Esta psicóloga trabajó con estudiantes de quinto grado para ver cómo lidiaban con un material nuevo y complicado.
Entonces se dio cuenta de que las niñas eran más propensas a abandonar la tarea, y lo hacían, como media, antes que los niños. Curiosamente, mientras más brillantes eran las niñas y más alto era su cociente intelectual, más rápido tiraban la toalla. Esas niñas mostraban una conducta de indefensión aprendida.
Los niños brillantes se comportaron de manera diferente. Asumieron aquella actividad como un reto intelectual que les llenó de energía y les motivó a redoblar sus esfuerzos.
¿Qué sucedió? ¿Por qué las niñas se muestran más vulnerables y menos confiadas que los niños de su misma edad?
En realidad, en quinto grado la mayoría de las niñas aventajan a los niños en todas las materias, incluyendo Matemáticas. Por tanto, la diferencia en sus comportamientos no tiene que ver con la falta de habilidad o los conocimientos adquiridos sino más bien con la forma de enfrentar los retos.
Mientras que los niños asumían que no lograban solucionar los problemas porque estos eran más complicados, las niñas comenzaban a dudar rápidamente de sus habilidades, perdían la confianza y abandonaban la tarea. Estas niñas también solían pensar que las habilidades eran inmutables, mientras que los niños asumían que se podían desarrollar a través del esfuerzo.
Lo peor de todo es que estas creencias y formas de comportarse se mantienen en la adultez. De hecho, se ha apreciado que los hombres se presentan a un empleo aunque solo cuenten con el 60% de las habilidades demandadas. Al contrario, las mujeres solo se atreven a presentarse para el puesto si tienen el 100% de la cualificación.
¿Cómo es posible que tengamos una actitud tan diferente ante los retos?
La respuesta se haya en la educación, una educación que ha enseñado a los niños a ser valientes y asumir retos y a las niñas a ser perfectas y actuar con cautela.
Niños valientes, niñas perfectas...
Es difícil, o más bien imposible, borrar siglos de tradición de un plumazo. Aunque hemos avanzado mucho en materia de igualdad de géneros, en el inconsciente colectivo y en lo más profundo de nuestras mentes aún anidan muchas ideas sexistas.
Por eso, los padres siguen educando a sus hijos para que no tengan miedo y no lloren mientras que a las niñas se les exige que no anden desaliñadas, que sean perfectas y se comporten con mesura.
Aún educamos a niños que, con buena suerte, se convertirán en los caballeros que salven a las damiselas en apuros. Y educamos a las niñas para que esperen ser rescatadas, porque su misión no es luchar, sino mantenerse perfectas a pesar de la tormenta.
A las niñas se les enseña a sonreír, se les exige que saquen buenas notas y se les prohíbe que lleguen a casa cubiertas de barro porque han estado jugando. Con los niños los padres suelen ser más permisivos, les permiten que jueguen al aire libre, que se ensucien y suban a los árboles. De hecho, muchos de esos comportamientos se premian ya que demuestran lo valientes que son. De esta forma se les anima a asumir riesgos.
Al contrario, a las niñas se les incita a mantenerse alejadas de los riesgos, se les pide que se mantengan en un discreto segundo plano, a salvo y dentro de su zona de confort. A menudo se les elogia por lo bien que se comportan, casi siempre por mantenerse calladas, y por su simpatía. De esta forma, sin darse cuenta, los padres limitan las potencialidades de las niñas, quienes muy pronto aprenden que de ellas no se espera lo mismo que de los varones.
Así, la mayoría de las niñas terminan convirtiéndose en mujeres que asumen solo los riesgos imprescindibles y que ante los problemas piensan que algo anda mal en ellas. Por eso, no es extraño que las mujeres sufran más depresión y ansiedad que los hombres.
Sin embargo, cuando enseñamos a las niñas a ser valientes y formamos a su alrededor una red de apoyo que las anime, van a hacer cosas increíbles porque tienen un enorme potencial.



O si le da flojera leer, el vídeo es casi lo mismo: 


Día internacional de la Mujer

Antes de empezar en Laboratoria, digamos que solo me daba "gusto y orgullo" ser mujer, pero en realidad no era del todo consciente el verdadero papel que la mujer representa en la sociedad y todo lo que ha ganado en tantos y tantos años, y además de lo que "se pelea" hoy en día, incluso entre mujeres. 
Ahora sé lo que se siente "tener poder" siendo mujer y además me doy cuenta por lo inmensamente afortunada que nací con la libertad de elegir la carrera que en su momento me dio la gana, me permitieron y me permití equivocarme. En fin.
A lo que quiero llegar es que he pasado 3 semanas en Laboratoria y en verdad entendí todos los grandes retos que se nos presentan por el simple (y orgulloso) hecho de haber nacido mujer. Y eso, al mismo tiempo es una enorme oportunidad para mejorar.
Después de muchas palabras borradas por intentar explicar lo que es ser mujer hoy en día, poner todo lo que se recuerda, el porque de esta conmemoración, en donde estamos y hacia donde vamos, me hice bolas y terminaba diciendo nada útil, en conclusión, es genia<l ser mujer hoy día, pero sería aún más genial que si no hubiera tanta violencia hacia nuestro genero, basta ya de que no nos respeten en el transporte o al caminar solas por la calle, basta ya de insultarnos entre mujeres, basta de que nos crean "el sexo débil", basta en menos preciarnos por ser "muy femeninas" o hacernos menos por no ser "femeninas". Es tiempo de educar y re-educarnos a nosotras mismas para respetar a las demás, su manera de pensar, de vestir y de ser, de amarnos a nosotras mismas para que no tarde mucho en ver un desarrollo mucho más grande y que por fin, un 8 de marzo nos felicitemos por ser mujeres, no por una lucha de todos los días esperas regresar a casa bien física y mentalmente hablando.

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