Invierno, Ciudad de México, 23 de febrero de 2018.
Mi querido sabelotodo:
Espero que te encuentres de super lujo, si algo aprendí de ti es que debo dejar que me extrañes para cuando llegue el momento adecuado, los momentos (no importa la duración) los saborees más y mejor. A todo esto, ¿Me has extrañado? Yo espero que si y si no, no importa, dejame engañarme con que lo has hecho o al menos, me des otra oportunidad para que lo hagas.
¿Te has dado cuenta que cuando la gente no tiene nada que decir pero quiere seguir hablando con la persona hablan del clima? Puede parecerte un truco patético pero funciona casi siempre.
¿Te conté que una vez le hable a un chico que me gustaba hace mucho preguntándole por el clima y termine hablando cosas XXX? Bueno, eso te lo podría contar en la siguiente carta, igual no te perdiste de mucho, jajaja.
Ayer que venía en el transporte de regreso a casa, una chica que venía con su amigo se puso a mi lado y no paraba de hablar, entonces me puse a pensar que en verdad las mujeres hablamos más que los hombres, el pobre chico con trabajo dijo 20 palabras y ella a lo menos como 200, fue muy gracioso escucharla porque de pilón hablaba super rápido como si el tiempo le fuera a robar las palabras de su boca, como si necesitara decirle algo a él. No sé, después de un rato empecé a divagar y preguntarme si yo hago lo mismo contigo. ¿Lo hago? Igual debo confesarte algo que seguramente ya sabes, me encanta hablar contigo, escribirte cosas sin sentido, hacerte reír y que me cuentes cómo estuvo tu día.
No entiendo porque te estoy haciendo demasiadas preguntas ni el objetivo de esta carta. Supongo que solo quiero desahogarme, no olvides que no debes confiar en mi. Por cierto, el otro día (otro día) me encontré con tu mamá cuando salí a la tienda, me estiro la mano a lo lejos para saludarme, no quiero que se lea grosero pero me alegro no haberla encontrado de frente o podría haberse dado cuenta de que al hablar de ti el semblante de mi cara cambia radicalmente y no puedo controlar eso, debería odiarte por eso, solo que no puedo.
Mi vida no es interesante si tú no te encuentras incluido, ya sé que te fuiste por trabajo pero como carcelero cuento los días que faltan para tu regreso, ¡no puedo más con la ansiedad que lleva tu nombre! hablando de nombres, ¿te enteraste que el disco nuevo de los Babilonicos inicia con la letra de tu nombre? Todo se empeña en hacerme recordarte.
Mis amigas no paran de preguntarme por ti, a veces me enojo por el simple hecho que pronuncien tu nombre como si no le dieran la importancia necesaria, no entienden lo mucho que significa para mí todo lo que lleva tu esencia. Me aislo de ellas, esperate esperate, ya sé que me dirás que no debo alejarme de ellas, bla bla pero estoy casi segura que en mi lugar harías lo mismo o tal vez no, tú tienes más paciencia que yo en ese tipo de cosas, igual me pongo melancólica y nadie me soporta, ni mis gatos. En fin, ya hable mucho de mi, mejor quiero que me digas cómo está el clima por allá, jajaja. Me urge tener noticias tuyas.
Desde ya sabes que en todas estas letras ridículas y sin sentido se encuentran escondidos besos y abrazos para que los cobres a tu regreso.
Quiero terminar esta carta lo más pronto posible para que llegue a tus manos y me respondas, la espera me asfixia y si al menos recibo un hola tuyo seré la mujer más feliz, sabes que tienes ese poder sobre mi. Te odio por eso.
Te quiere, el nuevo apodo que quieras acomodarme <3.