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A veces siento como que mis propias letras del pasado se comieron a las de ahora. Cómo si se hubieran convertido en un hoyo negro que absorbiera todas las palabras nuevas que quiero o necesito plasmar.
Un moustro que se esconde detrás de la hoja blanca al que le gusta devorar ideas, pensamientos y palabras nuevas o peor aún, le gusta susurrarme que no son suficientes para salir al público.
Tal vez mis dedos firmaron un trato con algún ladrón para no dejarme escribir, seguramente aprovecharon cuando dormía. He esperado que el tiempo expire de ese contrato pero creo que ha sido peor, debí ponerme rebelde, enfrentarlo y esperar las consecuencias.
Si tengo un texto corto siento que esta muy corto y si me aloco, siento que esta muy largo y nadie lo leerá, nada me tiene conforme. No sé como le hacía antes de esto.
Ya culpe a la pandemia para hacer las paces pero aún así, llego a "nueva entrada" y es como si se pusiera un seguro, las ideas y/o palabras se quedaran encerradas.
Al final lo que quiero decir es que no he publicado porque me siento así, no es porque algo me halla pasado o porque ya no quiera hacerlo.
De hecho esa podría ser otra razón, me presiono para inventar algo y publicar pero es cuando menos salen ideas porque películas y series he visto, volví a leer, he visto cursos, fui a terapia, veo poquitas noticias, pero nada parece suficiente.
Tal vez necesito tomar una poción que me haga vomitar letras o posiblemente necesite un brebaje para callar mis inseguridades, convertirme un poco en la loca que escribía casi cualquier cosa y terminar preguntando ¿De dónde viene tanto?
Creo que aún podría tener muchas analogías para describir esto pero mejor lo publico o no tendrá fin. Tal vez sólo debo ser valiente otra vez.