El calendario de pared marcaba su número de la suerte, pensó que no podía recibir una mala noticia aún si el cuerpo temblaba, el estómago se encogía esperando el golpe de lo que se venía.
La intuición susurraba algo de lo que estaba segura en algún rincón pero lo demás no querían creerle, se tuvo que ir a la oscuridad porque todas las emociones la callaban y molestaban, se sentían incomodos con su "poder", principalmente la alegría y "la energía positiva" porque el corazón las bombeaba más rápido para tratar de que nadie más oyera a la intuición pregonar que tenía razón.
Fuera del cuerpo, se percibía como taquicardia obligando a realizar ejercicios de respiración pensando que la culpable era la ansiedad.
Todos se mantenían en guardia, la música anestesiaba pero aún así a veces le susurraban al oído que revisara la bandeja de entrada.
Cerca de las 15:30pm ahí estaba la respuesta que ponía a todos en alerta para ver que emociones se desataban hacia la meta.
La misma canción que 4 años antes anunciaba que había conseguido el empleo, ahora sonaba como fondo para avisar que no se había conseguido está vez...