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Mostrando las entradas de diciembre, 2023

Me gustaría ser

Estos días me gustaría ser poeta o al menos, tener más elocuencia y facilidad de palabra para poder plasmar algo digno para mi gatita más hermosa, fiel y cariñosa que haya existido en la faz de la Tierra.

Dedicar algo lo suficientemente hermoso para mostrar lo mucho que la amo y cuanto la extraño, poder describir el hoyo que dejo en mi pecho y lo que daría por haber podido evitar que saliera.

Por despedirme o hacer un gran homenaje a tan gran gatita negrita de mis amores. Tener una foto lo suficientemente linda, hermosa y buena para mostrar TODO lo que era ella en mi vida y en la de muchos. 

Hay días que envidio mucho a la gente que tiene la fortuna de despedirse de sus mascotas, de pelear con ellas hasta el final de sus días. 

Desde que era pequeña siempre he creído que tengo una tipo maldición por la que pagan mis gatos, porque siempre terminan siendo arrebatados de mis brazos en los momentos menos esperados. 

Uno pensaría que con el tiempo me debí haber "acostumbrado" y ya no me dolería tanto como cuando tenía 7 u 8 años; lo "sorprendente" es que si, me sigue doliendo tanto o más que la primera vez que un día ya no regreso mi Minino, mi primer gato, un gato siámes que apenas si me quería porque yo siempre he sido muy encimosa con todos.

Con el tiempo he aprendido a que se les debe dar espacio, respetarlos y adorarlos para que ellos, si quieren, te puedan "elegir" y si no, les debes amar a su modo, a su espacio y a tu tiempo.

Pero después, el dolor se hizo más grande cuando mi Pitufina o mi chicharito no volvieron a casa. Me gustaría saber como o que hice para ya no sentir tanto dolor, pero creo que voy cachando que el dolor siempre ha estado ahí, sólo me había olvidado de la sensación. 

Llegué a pensar que cuando "fuera grande" ese tipo de cosas ya no me sucederían por alguna clase de magia o que si llegaba a pasar, sería demasiado sabia y madura para enfrentarlo. 

Pero resulta que me siento más desubicada que cuando era niña y hasta empiezo a pensar que los animales corren más peligro conmigo que en la calle (pero soy consciente que eso lo dice mi ansiedad con la que he entablado conversaciones en este año para conocerla mejor, pero ese es otro tema).

**** Nota: esto lo escribí el 26 de noviembre y estaba muy muy triste ****

Desde que

Desde que se fueron el color de su pelaje traspaso mi piel y empezó a consumir mi energía hasta formar un enorme hoyo que me hace sentir mucha infelicidad en los momentos de soledad y por cada sonrisa fingida se multiplica la sensación de vacío. 

Desde entonces, tengo miedo que se repita cualquiera de las 2 tragedias, mi ansiedad me dice que debo tener más fotos, vídeos y planes de prevención o emergencia. 

Debo encontrar una marca distintiva de cada uno porque el amor y lo especial que son para mi, no se pueden plasmar en una foto, en un papel o trasmitirlo en una platica cara a cara. 

Tengo la sensación de que debo consentir más a los que tengo a mi lado porque no puedo saber cuando será su último día conmigo, valorar cada momento porque todo siempre pasa muy rápido. 

Incluso, tener dinero disponible por si de suerte aparece el más pequeño o tengo que ofrecer una cantidad mayor para que la gente me tome en cuenta y se de cuenta de "lo mucho que quiero a mi gato".

Desde que se fueron he conocido varios santos, dioses, religiones, creencias que me había olvidado que tenía; he aprendido a distinguir sonidos, sentimientos, pensamientos y sueños. 

Mis letras se concentraron en fuerza de mi voz para tratar de llegar a más rincones sin saber el verdadero resultado. 

Me siento sola, asustada y triste por no tener alguna mínima noticia de mi gatito, de no haberme despedido "bien" de ninguno de los 2 que me deja con una sensación fea de saber que ellos pudieron sentir algo con más fuerza o que la sienten tanto o más que yo. 

Desde que se fueron tengo miedo de olvidar su voz, sus recuerdos. Mi mente duda que en verdad vivió momentos hermosos a sus lados y que sólo los soñé. 

Ya no quiero sentir esta culpa por saber que pude hacer más y que cuando enfrente esa pregunta no sepa que responder porque a pesar que he hecho varias muchas cosas, siento que no son suficientes o tendría mejores resultados o, al menos, no tendría esta sensación. 

A los 5 minutos entiendo que es mi ansiedad, sólo necesito respirar, no retener sentimientos y dejar que me inunden, buscar alguna idea rescatable; pero estoy en un mar agitado, negro, furioso y desbordado imposible de controlar.

Ya es tarde, el nudo se hace más grande en el pecho, creo que se extendió al estómago y quiero explotar, correr lejos de mi, de mis propios sentimientos porque me lastiman más; pero no, debo agradecer tenerlos y sentir todo esto que siento. 

El escribirlo ya es avance y el publicarlo más. La terapia funciono, el nudo se deshizo y las lágrimas ya no salen tan "fácil" ante cualquier provocación que no tiene nada que ver con mis gatitos. O a lo mejor, la tristeza se hizo mi amiga.

Un día a la vez...