Repuesto de Fe

Ya sé que parezco disco rayado o algo peor...Pero es que ya no sé más palabras para describir todo lo que siento cuando pongo play a todo lo nuevo (y no tan nuevo) que sacan.

Es decir, fui a ver el show en noviembre al Metropolitan, casi lloro por tanta emoción y tanto significado que tiene cada canción. Es una maldición atar una canción a recuerdos y personas que ya no forman parte de mi presente. 

Igual ya lo hice y me parece que aún tengo mucho tiempo de vida para que esas mismas canciones las una a nuevas aventuras y personas que faltan por venir. No es una ancla definitiva. Bueno ese es otro asunto. 

Regresando. La verdad es que ya no estoy tan al 100% con asuntos babasónicos, pero en la mañana que prendí la compu vi que mis amados argentinos subieron Repuesto de fe y hasta parece que Manu y todos se pusieron de acuerdo para dejarme escucharlo. No lloré porque me da pena hacerlo frente a las chicas, pero ganas no me faltaron, jajaja. 

Y es increíble como desde el minuto 00:01 siguen siendo capaces de erizarme la piel. De pronto, viaje al teatro Colón en Bs As y es súper increíble el efecto de la música, de SU música. No me dejen nunca, por favor. 

¡LOS AMO! 

Hola

Hola, ya sé que no tengo perdón. Sé que debo muchos post...pero debe saber que por alguna razón las palabras huyeron, parece ser que el estrés me venció todos estos días.

Lo siento

Juro por los Baba que ando como loca...Sé que le debo muchos post... 

No quiero decir lo que he estado haciendo o parecería que me quejo y no es así. 

Solo diré que me gusta estar codeando y reventándome la cabeza con cualquier cosa relacionada. Mejor luego les presumiré las páginitas que he hecho, por ejemplo, hoy tengo que entregar una con el tema que yo quiera adivine ¿de quién la haré?

Obvio, ¡BABASÓNICOS!

pd: le debo un post a Uma hermoso <3

HackUNAM

Por lo que estuve escuchando en estos últimos días, me parece conveniente explicar lo que es un Hackaton. 

Un hackaton es un evento que normalmente dura 48 horas, consiste en que un grupo de personas de diferentes disciplinas (administradores, diseñadores, ingenieros, biólogos, contadores, matemáticos, etcétera) se reúnen para crear una app que ayude a algún tema en específico (Al menos así es el de la UNAM). 

En está ocasión, el tema fue medio ambiente y la primera vez que yo asistía a un evento de este tipo como programadora, ¡PROGRAMADORA!.

Comenzó el jueves 4 de mayo con una charla sobre liderazgo a cargo del ing. Alejandro García, en la que nos aconsejo como vender nuestras ideas, después los chicos de apoyo hicieron dinámicas para que nos integráramos y me di cuenta que la mayoría caminaban con cierto orden, como unas hormiguitas, unos tras otros, entonces de repente me dio no sé qué y quise salirme del orden, se me ocurrió cruzarme entre esas filas ordenadas, solo que nadie puso atención y poco a poco fui consciente que iba perdiendo el miedo y comencé a relajarme. Después vino la hora de conocer a nuestro equipo...

No quiero decir nada de mi equipo número 7 porque podría caer en la tentación de decir cosas que no debo o tal vez paso que estoy tan acostumbrada a Laboratoria que fue inevitable no comparar. 

El viernes muy temprano estaba muy emocionada con la idea que habían dicho un día anterior, debo confesar que ya no podía dejar de pensar en código, jajaja. Nuestra idea consiste en un juego para que los niños aprendan a separar la basura, fue muy gracioso que solo estaba pensando como hacer las pantallas de inicio o en más ideas que podría agregarle al jueguito pero evitaba pensar en como hacer lo más difícil, la esencia del juego. Fue a la hora de comida cuando estaba platicando con Alejandro que le dije que no tenía idea de como hacer el juego...y fue que se me ocurrió en como hacerlo, me imagine como en las caricaturas que de repente se les prende el foco.

Un poco antes de eso, asistimos a una platica a cargo de Juan del Cerro y quien sabe que paso en ese momento que de repente las ideas me fluían como agua entre mis dedos, con la frase "Enamorense del problema" me exploto el cerebro porque me encanto. Espero recordar eso siempre porque siento que soy de esas personas que muchas veces pierde de vista el objetivo. Me ardían las manos porque ya quería empezar a programar.

Mi equipo consistía en un administrador, alguien que aportaba ideas, un diseñador y otros 2 chicos ingenieros que estaban para programar junto conmigo. Todos los equipos tenía 2 o 3 programadores, pero solo eramos 2 o 3 mujeres contra 8 o 9 hombres. 

Exactamente no sé si estaba sensible o en verdad hubo un momento en que sentí que me hacían menos los otros chicos que estaban ahí para programar. En la documentación que nos entregaron indicaba que nuestra app la podíamos trabajar en iOS, Android, HTML5 o IoT. Cuando leí eso hice una carita así:

Jajaja, de todo me espanto

Y hubo un momento en que me sentí mal cuando medio escuche y me imagine que todos como que se burlaban de que alguien hiciera su app con HTML5, pero pues era eso o no hacíamos app porque nadie del equipo sabía programar con xCode o Android Studio, yo medio recuerdo algo de swift pero no estaba segura como con HTML5...sacudí esos malos pensamientos y les dije que iba a empezar, si no les parecía que ellos hiceran otra versión y ya al final veíamos cual funcionaba o quedaba mejor. 

Fue como hasta las 11 u 12 de la noche que empecé mi documento html. 

La verdad es que agradezco infinitamente que mi hermano estaba ahí conmigo, de otro modo estoy segura que hubiera tenido otra actitud. Cuando le platicamos lo que íbamos a hacer, me dio ideas y consejos de como hacerlo. Primero me concentré en la parte más difícil, el juego. Y poco a poco empezó a tomar forma y funcionalidad la idea. Descubrí que mi cerebro funciona. 

Como a eso de la 1 o 2 am al staff se le ocurrió hacer un karaoke con canciones vergonzosas, a nosotros nos toco cantar "no te metas con mi cucu", yo no cante de tanta risa de nervios, pero Yamil y Francisco si cantaron. Fue divertido porque nos espanto tantito el sueño. Pero un poco después de las 3 ya estaba haciendo tonterías repitiendo clases o poniendo nombres sin sentido. Mejor me dormí.

Con los ojos medio hinchados y aún con sueño me levante para continuar y como magia, todo volvió a fluir bastante bien. 

Ya finalmente diré cosas cursis como que en este hackaton me di cuenta de todo lo que he aprendido en Laboratoria y de como he crecido en este tiempo dentro del bootcamp. Viví lo que es trabajar rodeada de programadores que te pueden hacer sentir menos (a lo mejor sin querer) cuando no te escuchan o que te creen "muy princesa" para que sepas programar. El jueves que empezó, no tenía grandes expectativas de ganar, es decir, yo iba en plan de aprender (y vaya que lo hice), pero hoy puedo decir que aparte del conocimiento quiero ganar, pero tengo que esperar hasta el viernes para saber y depende de como nos vendan ese día. Igual aunque no gane, me siento orgullosa de mi. 

Errores entre amores

<! — Advertencia el lector:

* No es una historia con drama (la hice dramática, pero en realidad no lo es)

* No es una historia inspiradora. Es una historia cualquiera, color rosa pálido. Mi intención al publicar esto es hacer entender que cada error nos lleva a cosas ultra geniales. -->

"Nunca he cometido un error en mi vida. Pensé que había cometido uno una vez, pero estaba equivocada"

Lucy Van Pelt (Peanuts)

Siempre me había jactado de ser una “excelente” estudiante, ya saben, la típica niña ñoñis dedicada que se sienta hasta enfrente y entrega todas las tareas y “sabe todo”. 

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Mi historia de amor comienza en segundo año de prepa cuando conocí al primer amor de mi vida, la química, ella me sedujo con sus sensuales definiciones de transformaciones, energía, mezclas, átomos y moléculas; el laboratorio me hacía sentir completa y no necesitaba más en mi vida (ay la inocencia del primer amor).

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La primera vez que me traicionó fue cuando al final de ese año, mi bella e inteligente maestra me informo que estaba directamente en extraordinario porque mi fabuloso equipo no entregaron algún reporte de laboratorio (es decir, de ellos dependía mi calificación), como sea apechugue y me puse a estudiar como nunca antes, después de todo no me disgustaba estudiar y por alguna razón que no entiendo, la información se me adhería como cochambre a mi mente. Ahora que lo pienso, posiblemente haya sido la señal para que no terminara en la facultad de Química, pero bueno, el examen extraordinario lo pase con 8 y obvio que me sentí muy orgullosa de mi y seguí mi camino. Es decir, jamás había reprobado una sola materia.

El curso de la vida siguió y como era predecible, elegí la carrera de Química de alimentos. Cuando mi tío que también es Químico se enteró de mi decisión me dijo: No vas a aguantar, ahí te van a comer; mi reacción fue reírme por fuera, pero por dentro me enoje y supe que me aferraría a salir adelante no importando lo que pasará en la Facultad. Hasta me propuse titularme por promedio, jajajaja. ¡Qué inocente nena!.

Pues no me comieron viva, sobreviví físicamente al primer semestre, es decir, no morí de estrés ni de hambre y evite que me pusieran apodos indeseables o vergüenzas que se dieran cuenta que ahí no era mi lugar, sin embargo mentalmente hablando termine echa popo porque reprobé 2 materias de 5, no era la gran cosa pero no paraba de compararme con los demás y sobretodo, no podía detener pensamientos comparando a la Silvia ñoñis de años atrás con la Silvia “reprobadora de materias”. En algún momento de lucidez, cuando los electrones no atacaban mi electronegatividad me decía a mi misma que solo era una prueba de resistencia…y así por el resto de los semestres restantes.

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Me costó 2 semestres entender que reprobar era casi natural y que en vez de lamentarme debía aprender a elegir maestros que se adecuarán a mi forma de aprender, la cosa mejoró académicamente hablando, pero cada día que pasaba mi sexto sentido me decía que la Facultad no era mi lugar, sentía como si estuviera fuera de órbita o bailando en otro ritmo. Una sensación muy fea en serio que no se la deseo a nadie. Cuanto más me sentía así, más me repetía que tenía que acabar la carrera por amor a la química.

Llegó el año del fin del mundo, 2012. Según el calendario Maya ese año indicaba el fin de un ciclo y vaya que los Mayas fueron precisos. Para la segunda mitad de ese famoso año yo debería estar cursando el noveno semestre de la carrera, con mucho esfuerzo logré que solo tuviera un semestre de atraso, o sea yo sabía que no me titularía a tiempo pero sabía que no tardaría mucho en salir de ahí hasta que apareció un amor platónico que me hizo estremecer y poner en duda quién soy yo, a donde voy y preguntarme: “¿Qué estás haciendo de ti?”.

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Como consecuencia a tantas preguntas comencé a dudar mucho de mi, de lo que hacía y lo que quería en mi vida, el resultado de tanto pensar: una tormentosa y hermosa depresión; tenía mucho miedo salir a la calle, me sentía un color gris incombinable, me odiaba a mi misma y me quería morir. 

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Asistía a la Facultad por inercia y de milagro porque inicié una pelea de Silvia contra Silvia sin derecho a ningún tipo de tregua, una batalla a muerte en la que Silvia la débil y conformista iba ganando y se reflejaba en todo lo que hacía, me auto-saboteé para reprobar todas mis clases y de pilón me aleje de mis amigas y familia. Con todo esto fue el fin de mi amor por la química y del poco amor que sentía por mi.

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Si, fue un error elegir Química, enamorarme de alguien “imposible”, de darme por vencida así de la nada y ya no luchar más. Fue un error garrafal el dejar de quererme a mi misma. Pero sé que gracias a eso y otras cosas, ahora estoy en Laboratoria. Un lugar donde me siento en la nota correcta, en el ritmo adecuado con la canción perfecta, como si por fin hubiera encajado bien en un lugar.

Luego les cuento más...

Adelantos

Con el proyecto de Vive Laboratoria me he contenido tantito de publicar aquí, me gana la duda siempre...

Entonces se me acaba de ocurrir que escribiré aquí primero una serie, digamos que tipo resumen en cómo llegué hasta el día de hoy. 

Si tiene alguna sugerencia...la leo con gusto 🤓