Ya no recuerdo si esto lo había escrito anteriormente. 12 de octubre del 2018 es
una fecha interesante, porque Discutible de los Babasónicos vio la luz después
de varios misteriosos meses anteriores que sinceramente agradezco porque me
ayudaron a librar batallas internas por causas del amor.
Esa noche recuerdo que mi papá me trajo una lámpara muy simpática y a las
00:00 que se estrenó en México me tiré en la sala con las lucecitas que salían
de mi regalo y deliré los 39 minutos que dura el disco.
En Orfeo o Un pálpito me escribió Facu para decirme que apenas lo iba a
escuchar, le propuse darle play al mismo tiempo e ir comentando canción por
canción. En algunas ya cantábamos juntos a distancia, yo debajo de las cobijas
porque mi abuelita dormía en la cama de enfrente.
Eran los últimos días que recuerdo haberla visto bien, eso ayuda a que ese 12
de octubre sea tan memorable. Y que tal vez sea una de las principales causas por las que
no quiero borrar u olvidar esa madrugada.
Al finalizar las 10 canciones de discutible Facu mencionó que él escucharía
bandalos chinos y sugirió que si le dabamos play juntos otra vez, acepte y en
el primer segundo una voz suave me invitó a irnos de viaje. Mi cerebro
explotó.
Obviamente se lo hice saber a Facu para que deliráramos más, no recuerdo si
termine de escuchar el disco pero en la mañana pensé que los famosos bandalos
chinos sólo me habían gustado anoche porque estaba en delirio y súper feliz
por estar hablando con Facu; mi sorpresa fue cuando al volver a ponerle play a
"Vámonos de viaje" me atraparon más y la metí a una de mis tantas listas para
olvidar a cierto pez de colores.
Justo 13 días después entendí que conocería, me decepcionaría y "perdería"
muchos chicos en mi vida, pero siempre vendrán más pero jamás recuperaría a la
mujer que fue como mi segunda mamá, mi amiguita, mi abuelita.
Me olvidé por un rato de los chinos hasta que tomé el taller con Catalina Bu y
nos pidió ilustrar una canción; en ese momento pensé en los babasónicos,
obviamente. Lo malo es que dicen groserías y no se me ocurría que
dibujar.
Pensé en alguna triste o para hacer honor a mi abuelita elegir una canción de
ella pero en cuanto lo pensé me vinieron unas enormes ganas de llorar, ¡Qué
pena! le di siguiente en mi playlist mental.
Vámonos de viaje empezó a cantarme Goyo y me fui, Catalina Bu se hizo
chiquita, no la escuchaba y mi mente se empezó a crear dibujos del
espacio, pero espera, eso es muy predecible, todos quieren ir al cielo y
alguna vez escuché que en el mar hay más misterio que en el mismo espacio sólo
por el hecho que ha sido más explorado.
Mi viaje será al mar, pensé. Regrese al museo Tamayo para escuchar las
instrucciones finales y con un poco de temor me puse a dibujar.
La verdad es que no lo terminé y es algo que tengo pendiente, no se me olvida
pero tampoco quiero tocarlo para no arruinar esa magia que ahí se quedo.
Creo que de ahí me volví china porque con el paso de los días iba cantando de
una por una las canciones del disco que Facu me enseñó.
Pocos días después me enteré que el 26 de noviembre vendrían a México por
primera vez para presentarse en el foro Indie Rocks, Facu me animo a ir pero
yo seguía llorando como loca y no podía con el moustro del dolor, no era un
buen momento porque aparte iría yo sola.
Los dejé pasar. En mayo/junio del 2019 regresaron para hacer promoción del
vinil de BACH, hicieron una firma de autógrafos en la Roma Records pocos días
después que me corrieran del trabajo y también consideré que no era un buen
momento porque mi animo no estaba al 100 y de pilón sentía culpa si gastaba el
dinero de mi liquidación porque no sabía cuanto me tenía que durar.
Una vez mas me quedé sin verlos, sin autógrafo y sin vinilo. Pero no importaba
porque su música seguía salvándome de malos ratos haciéndome sentir que no
todo esta mal si existe la bella voz de Goyo, las guitarras de Iñaki con Tomy,
el bajo del lobito, el teclado de chapi y la batería de Mati, tal como la
madrugada que los escuché debajo de las cobijas.
Casi 1 año después que los escuché por primera vez, recibí la noticia que
había conseguido el trabajo que me ayudaría a viajar a su país natal, Iñaki
cruzo palabra conmigo y de pilón 2 días después deliré con ellos en vivo y los
disfruté como hacía tiempo no deliraba.
La espera valió la pena porque en diciembre del año pasado anunciaron que
venderían los vinilos, sin perder tiempo busqué la manera de conseguirlos, ya
nos los dejaría escapar y no puedo explicar lo feliz que me hacen cada vez que
le pongo play a su música.
Por si fuera poco, el día que subí la historia a instagram los muy hermosos me respondieron y no puedo ser más feliz. LOS AMO <3