Era una mañana fría, aunque los rayos del sol se cuelan por la cortina. Todo parecía normal y sin ninguna novedad exploraba la plataforma que contiene las listas de reproducción que he hecho en todos estos años desde que existe.
Decidí escuchar voces femeninas y al darle play en aleatorio, me estremecí porque desde el segundo uno mi cerebro retrocedió a aquel diciembre del 2012 donde bauticé como caos a la autopista por la que sentía que iba mi vida todo el año.
En esa playlist sin darme mucha cuenta la arme con canciones que me ayudaban a pasar malos ratos con tipos que ahora me tienen bloqueada o yo rezó por no volverlos a encontrar en mi camino.
Vino a mi memoria cuando sentía el corazón en el estómago y lo único que mi cuerpo quería era vomitarlo para sentirme bien.
Algún acorde trajo de jalón la sensación de querer unir cada parte de mi al verte con ella cada mañana, al no recibir ninguna respuesta a mi carta que viajo por mar y tierra o al no saber distinguir la verdad de la mentira de lo que salía de tu boca.
Le cambiaré el nombre a la playlist que diga rasguños del corazón para que parezca que no me hiciste tanto daño.
Tiene canciones que guardan el silencio de las noches que me pasaba en vela escribiendo en donde fuera lo que fuera para entender lo que sentía hacía a ti, deseando que la pantalla de mi celular se prendiera con tu nombre iluminándolo.
Varias melodías me traen el recuerdo de aquella noche que escuché la artista en vivo en aquel bar imaginando que estabas a mi lado para decirte con la mirada que era tu canción.
Contiene aquella intérprete que me recuerda que para los crushs sólo soy un juego y que no puedo creer que el sueño de haberla escuchado en vivo el año pasado supera el festival donde me la pase enojada por romper tu promesa de ir juntos a escuchar otra banda que me mostraste y ansiosa por si te encontraba de la mano de ella.
Encierra la desesperación por llamar tu atención; la vergüenza que me hacías sentir si aceptaba frente a alguien que sentía algo muy fuerte hacía ti; la inspiración de letras para lograr post; las lágrimas que no se pudieron convertir en letras.
Con los años he aprendido que como método de autoprotección, mi cerebro borra recuerdos felices para facilitar el proceso de no querer volver a tu lado, tal vez por eso este post tiene recuerdos tristes o tal vez, porque son los que escondo en las canciones.
Algunas canciones no las podía dejar de escuchar porque sentía que así te tenía cerca y en sueños regresaba el tiempo en aquel tren al sur al día que te dije que terminábamos.
Incluso trae la canción que te enseñé, te gustó y por ello me di cuenta que una chica te mandaba mensaje por la que peleamos.
Aquella playlist ha sufrido varios cambios como de nombre del que ha entrado a mi vida y me ha dejado marca, lo único constante son los textos largos que provocan y agradezco
Algunas más agradezco infinitamente al cielo el no atarlas a ningún nombre masculino y que me recuerdan lo que soy y fui por todos estos años; así como la vez que me grabé cantando una canción y como no me gusto mi interpretación hacía muchísimos años no la escuchaba.
Hoy en día, una hermosa noruega esta musicalizando los días felices. Ya no me da miedo que me lastimen porque el dolor es como una canción, no dura para siempre.
Ahora que lo veo y entiendo, he crecido demasiado en el tema del corazón y que ahora acaricio cada cicatriz con cada canción. Póngale la música que quiera a cada recuerdo.
Nota: este post está inspirado en (desafortunadamente) varios y diferentes tipos que me han hecho daño con o sin mi consentimiento.