Ir al contenido principal

Entradas

Playlist

Era una mañana fría, aunque los rayos del sol se cuelan por la cortina. Todo parecía normal y sin ninguna novedad exploraba la plataforma que contiene las listas de reproducción que he hecho en todos estos años desde que existe. Decidí escuchar voces femeninas y al darle play en aleatorio, me estremecí porque desde el segundo uno mi cerebro retrocedió a aquel diciembre del 2012 donde bauticé como caos a la autopista por la que sentía que iba mi vida todo el año.  En esa playlist sin darme mucha cuenta la arme con canciones que me ayudaban a pasar malos ratos con tipos que ahora me tienen bloqueada o yo rezó por no volverlos a encontrar en mi camino.  Vino a mi memoria cuando sentía el corazón en el estómago y lo único que mi cuerpo quería era vomitarlo para sentirme bien.  Algún acorde trajo de jalón la sensación de querer unir cada parte de mi al verte con ella cada mañana, al no recibir ninguna respuesta a mi carta que viajo por mar y tierra o al no saber distinguir la verdad de la m

¿Qué es?

Creo que le debo una enorme disculpa a mis letras, tal vez a mis pensamientos, sentimientos y emociones por no poderles plasmar de una manera adecuada, natural y que me satisfagan. 

Estoy tratando de hacer un collage de mi, pegando retazos de donde encuentro algo vivido, recuerdos, canciones, películas pero me viene el mismo pensamiento de siempre que eso ya se contó o que no paro de repetirme mal a mi misma, como si quiera regresar a lo que era antes pero estoy segura que no quiero volver a ser la que era antes. 

Eso ya lo fui, aprendí y si no, lo estoy aprendiendo ahora o en un futuro. Reflexionándolo un poco, tal vez me falta ego para callarme la boca y saborear mis propias letras. 

Hace tiempo pensé que lo que motivaba mis palabras era la tristeza pero con lo de Frijolito me quedó claro que no es así, por el contrario, he pensado que la felicidad, pero estuve frente a mis hermosos Babasónicos hace un mes y las letras no acudieron. 

He pensado en cerrar esto pero sería cobarde o sin sentido, mi vida misma no tiene sentido. Sé que perdida no estoy y que no me hacen falta problemas o cosas de donde inspirarme, pero es como que perdí la magia o lo que sea que haya tenido en los años donde no podía parar de escribir como loca. 

Quejas no me faltan, por ejemplo, tal vez si autoestima para que me valga lo que escriben los demás o como lo hacen. Seguramente sólo es valor o ganas. Pero, ¿Qué haces contra eso?

El otro día en el trabajo me preguntaron que hacía en mis tiempos libres y me di cuenta que me la paso limpiando, así se me ha ido la vida en estos meses por tantos gatitos, no me quejo porque los amo y prefiero estar haciendo eso a estar triste o ansiosa porque siento que no hago nada; ellos mismos son mi terapia. 

¡Ya sé! es porque he perdido mi capacidad de asombrarme o mejor dicho, la he escondido porque siento que ya no debo o puedo alegrarme por algo. ¿Qué tal y sólo tengo exceso de recuerdos y necesito un reset? pero eso ¿Cómo se hace o con quién acudo? 

1109242217

Fósil

Tumblr hace miles de años (?)


Me puse a leer algunos de los post que hice hace casi 12 años de que inicié este espacio y me sorprende la cantidad de cosas que se me ocurrían y la facilidad para encontrar frases, canciones o cualquier cosa para publicar y con el tiempo me he quedado cada vez más callada. 

Y no por el hecho de que ya no me sucedan cosas o se me hayan acabado las ocurrencias, es más que me las guardo o las escribo en todos lados para después olvidarlas. 

El tiempo me ha hecho ser más cruel y exigente conmigo misma, el cansancio pesa más y el entusiasmo disminuye con todo lo anterior. 

El deseo de "ser libre" a veces se ve tan lejano y más imposible de alcanzar como el hecho de que se acabe la maldad en el mundo. 

De hecho, no estoy segura si el mundo se volvió más cruel o simplemente yo me hice más consciente de eso y sólo muestra lo ciega que estaba antes, mejor dicho, que no quería verlo. No me gusta. 

Yo pensaba que cuando fuera viejita como a esta edad que me aqueja en este año bisiesto me haría super amargada, madura y emocionalmente estable pero la sorpresa es que me he vuelto positiva, cursi, emocional, olvidadiza, desorganizada y consciente de casi cada emoción que atraviesa mi ser. 

No sé si eso sea bueno o no, pero podría decirse que me siento a gusto conmigo misma casi todo el tiempo. Agradezco al blog que ayuda a recordar mis huellas de lo que fui, de mis pensamientos, sentimientos y aventuras fosilizadas en letras. 

Y ahí le paro a este post o hay altas posibilidades de convertir esto en un post cursi y sin menos sentido del que ya de por si es. 

Esto podría ser un sueño

Mi nombre es Frijolito, soy un pequeño gatito negro de año y medio que parece llevar una vida normal. Después de haber nacido en la calle y haber vivido un corto tramo de mi vida en ella, ahora resido en una casa con otros gatos domésticos y una mujer a la que llamo mamá. Les voy a contar como la conocí, me perdí y la volví a encontrar. 

La primera vez que vi a mi mamá humana, yo tenía mes y medio de haber nacido. Me escondí debajo de un carro por temor a que me hiciera algo, aunque no percibí maldad en su olor, decidí mantenerme a distancia.

Me sorprendió que no insistiera en agarrarme y se marchara. Pensé que había logrado evitarla, pero poco después regresó con comida seca y me la ofreció. Hambriento, me acerqué a comer y, aunque intentó agarrarme, siempre fui hábil en esquivar sus manos. Como no logró su cometido, se retiró.

Pronto lamenté no haberme dejado atrapar porque volví a tener hambre y aquella humana no volvió con más comida. Por las noche me escondía en las llantas de los artefactos que hacen un endemoniado ruido como si hicieran un horrible intento de ronroneo y ellos lo usan para desaparecer de la calle.  

En las noches, casi siempre me ponía muy triste porque extrañaba a mi mamá y a mis hermanos. Me salí de la manada y terminé aquí solo, maullando para que alguien regresara por mi, pero sólo pasan humanos sin que nada ni nadie les importe. 

A veces, perros merodeaban la zona y yo me quedaba lo más quieto y callado que podía, solía ensuciarme de tierra para salvar mi olor y engañar a esos animalejos que babean por todo. Me dan asco y miedo. 

Pasaban días y aquella humana no traía comida, en cambio, venían extraños que intentaban agarrarme pero como olían a ser malos, huía y me escondía.

Varios días después, la humana que huele a otros gatos y habla como si me entendiera, reapareció con comida, esta vez, trajo algo más sabroso, jamás lo había probado pero me agrado la textura, el sabor y sobretodo, la parte líquida. Al terminar, le agradecí y me fui apresuradamente. Ella pareció enojarse y entristecerse, sin comprender por qué.

Al día siguiente no volvió a darme de comer, de vez en cuando oía su voz aguda pero no entendía lo que decía, yo no salía por temor a que algo me pasara, sobretodo porque era temprano y podría ser peligroso. 

Pasó un señor amable y me llamó "Frijol", me gusto aquel sonido de la pronunciación de las letras, ahí fue cuando empecé a desear un hogar y un humano que me amara mucho, me llamara por mi nombre y que me acurrucara en su regazo mientras veía cosas brillantes con movimiento en un cuadro. 

Posiblemente alguien me escuchó y me lo concedió porque una humana apareció, no era la misma de días anteriores, pero tenía un olor y voz similar, además que me inspiraba confianza. Me dio comida y no podía darme el lujo de rechazarla, mi estómago me exigía llenarlo con lo que fuera. De pronto, sentí un jalón, me defendí pero fue inútil, ya me tenía en sus brazos. 

No sé si aluciné pero escuché la voz de la primera humana, mi corazón no paraba de latir fuerte y mi cabeza de generar pensamientos horribles. Es ella, estoy con la humana que me alimentaba pero ya no estoy en la calle, ahora estoy en el lugar que le genera su olor, huele a comida y a otros animales. 

En cuanto me sentí libre de sus manos me escondí en el primer lugar oscuro que encontré, asustado, creí  que ya no había salida. "No debía acercarme tanto a sus manos, ni a la comida", repetía en mi mente.

"Cuando menos lo piensen, me escaparé no sé cómo y no volveré a confiar en los humanos, ni en su comida", seguía diciéndome. Me quedé dormido llorando en silencio, enojándome conmigo mismo por ser tan tonto y dejarme agarrar.

Desperté por el olor a la rica comida que había probado días antes y escuche varios maullidos. Las manos volvieron a aparecer para dejarme un plato cerca de mi, no quise salir...pero en verdad tenia hambre y olía delicioso. Espere hasta asegurarme que todo era seguro para salir a comer y regresé a mi escondite. 

Conforme pasaban los días me fui acostumbrando al olor, sé que la humana me alimenta e intenta acariciarme y se lo permito para que no me haga daño pero estoy alerta por si se quiere pasar de lista.

Me cae bien porque sus manos son suaves y me mantiene más calientito, además me acaricia con cariño y atrás de mis orejas donde no alcanzo, debo admitir que se siente bastante bien. 

He conocido a otros gatos que se ponen afuera de mi escondite y me han dicho que es buena humana, que los alimenta y juega con ellos, pero me da miedo salir a comprobarlo. 

Por la noches cuando todo esta tranquilo en la casa, salía a explorar y encontré una caja con cobija y varios juguetes; uno de ellos lo juega Lili, una linda gatita rayada que también llegó hace poco con su hermano Fili. Ella me dijo que es muy divertido estar aquí porque es libre y tiene de comer. Que a la humana le dicen mamá y que debería confiar en ella. 

El juguete favorito que me regaló es un pequeño circulo esponjado, que cabe perfectamente en mi boca y me recuerda cuando cazaba en la calle, pero está vez con el estomago lleno y me divierto. Lo guardo en la caja que me puso para que no me lo quite y yo no olvidé donde lo dejo. 

Un día la humana me agarro, estaba muy asustado pero no sabía que tenía frío hasta que sentí su calor y de pronto, sentí mucho sueño. Dormí en sus brazos, muy calentito y feliz. 

Después de ese día, me empezó a llamar "Frijolito" porque dice que soy pequeño, saltarín y parlanchín. Pero como me sigo escondiendo, una noche, con voz enojada y los ojos húmedos me regaña diciendo que no debo tener miedo, me recuerda la calle y me pongo a reflexionar que ella me está pidiendo que confíe en ella. 

No sé cuanto tiempo ha pasado pero me siento muy feliz en esta casa, amo a la humana que ya llamo mamá porque me hace muy feliz. Me ha hecho olvidar el frío, la soledad y el miedo. 

Cuando estoy tomando una siesta y ella llega, le gusta acercar su nariz y juntarla con la mía, es de mis momentos favoritos del día porque refuerza mi amor por ella. 

Un día, muy temprano subí a la azotea por las escaleras de tubo para jugar con la tierra y las hojas secas, algo brillante en la calle llamo mi atención y bajé por el árbol que está al lado de mi casa para investigar: "Es fácil y rápido", pensé. Me podría subir del otro lado de la casa por el carro que se encuentra en la esquina.

Como el plan lo indicaba, bajé por las ramas como todo un experto, al llegar abajo me olvidé a que iba, o tal vez, lo brillante desapareció, porque sólo recuerdo personas que gritaron, un ruido horrible me asustó y corrí hacía el auto del otro lado de la calle, pero para mi mala suerte, el vehículo no estaba y no tuve más remedio que correr hacía no sé donde. 

Me escondí en la llanta, como cuando era pequeño, veía gente pasar, me olvidé que ya no soy más ese pequeño gatito de las calles. Al caer la noche y cuando no hubo tanto ruido, corrí para donde pensé que se ubicaba mi casa, pero cada vez, el olor a mi mamá y mis hermanos se diluye y la tristeza se concentra. 

Mi hermana Lili es mi favorita

Desde que salí de casa y corrí despavoridamente quien sabe a donde, he conocido a otros gatos que no me creen que tenía una casa y una humana que me amaba. Me dicen que lo soñé porque los humanos son malos y que los gatos que tienen casa no están en la calle o tienen un collar para indicar que le pertenecen a un humano. 

Lo que no saben esos gatos es que mi mamá intentó ponerme collares pero sólo duraban pocas horas porque ella misma decía que le daba miedo que me fuera a ahorcar o lastimar por querer atarme a algo que no soy yo. No lo decía, pero sé que ella me dejaba ser libre, por eso la amo, porque no me ato a nada y eso mismo me hace odiarla porque a veces pienso que no me ha buscado o que no le importo por eso no sé donde está, hay momentos en el día que creo olerla u oírla pero no sé de donde viene su esencia, me aterra salir y encontrarme con humanos malos y mejor decido mantenerme a salvo. No pararé de buscarla.  

Yo con un mes de estar en casa con mi caja y mis juguetes

He conocido a pocos humanos malos que me corren por ser negrito. Vivo entre basuras que me abrigan de la lluvia, un poco del frío y me alimentan. Sueño todos los días con mi humana y sé que la encontraré. 

También me he hecho amigo de algunos gatos que me comparten su comida, algunos humanos dejan alimento y robo poco, como lo más rápido que puedo para evitar que me atrape un humano malo, un perro asqueroso u otro gato gañan que se crea dueño de la comida. 

Un día, llegué maullando muy fuerte a una casa enorme con un patio porque pensé que era mi hogar, creí que mi mamá o Lili saldrían corriendo a recibirme y que por fin, esta tortura se acabaría. Pero me equivoqué, hay una señora muy gentil que me alimenta, guarda distancia y me respeta. Podría acostumbrarme a estar aquí porque no tengo que pelear con otros gatos, sólo hay una perrita a la que le platicó mi historia y dice que sus amas son buenas personas y que no tengo que temer. 

Una tarde, escuché la voz de una mujer, me emocioné porque pensé que podría volverme a encontrar con mi mamá, desde que me fui, no hay día o momento que no piense en ella y sé que ella también piensa en mi. A veces si me da miedo que se haya olvidado, cansado de buscarme o de plano, ni hacer el intento, pero mi corazón me dice que me equivocó y mantengo la fe de volver a encontrar mi casa, mi mamá y a mis hermanos.

La mujer que fue a verme no es mi mamá, ella busca a otro gato llamado Gustavo, se ve muy triste y decepcionada porque no soy quien busca. 

Creo que pasaron 3 días cuando estaba recostado en el pasto, escondido entre las maderas pensando en mi mamá y que tenía un poco de hambre cuando de pronto escuché un sonido conocido, "bishi bishi" se oyó y me puse alerta, levanté las orejas lo más que pude para ver de donde provenía el sonido, llegué a pensar que estaba soñando otra vez con mi mamá. 

Pero por instinto maullé muy fuerte y salí de mi escondite para ver si era real o estaba soñando, "Frijolito" me llamó y maullé aún más fuerte respondiéndole, y ahí estaba, la humana que me llevó a su casa cuando era pequeño. Se veía un poco diferente, no sé bien que era, pero su cara era la misma, asustada como yo, de lejos podía leer el corazón roto que traía y se unió con el mio que se había partido por la mitad. 

Maullaba y maullaba feliz porque me había encontrado, levanté mi colita como lo hacía siempre, pero aún así tengo miedo de acercarme porque que tal y es una impostora, la estoy alucinando y me lleva a otro lugar que no es mi casa. 

Me da la comida rica húmeda, ¡Es ellaaaa! me siento muy muy feliz, me persigue un poco, me escondo entre los troncos en los que solía dormir y tomar el sol estos días, se acerca segura, sabe que soy yo porque me llama por el nombre que me eligió. 

Imagen creada por IA para tratar de ejemplificar un poco lo que sucedió en ese momento

De un jalón me mete en una horrible jaula que siento que apenas quepo, pero huele completamente a mi casa, me acaricia y no puedo describir lo feliz que estoy porque la volví a encontrar y sentir sus caricias detrás de mis orejas.  

Voy en la jaula viendo casas que no conozco pero me llegan olores conocidos que me recuerdan lo que he vivido y me siento más agradecido por ir con mi mamá que me dice que me estuvo buscando todo este tiempo. Desearía que me entendiera para poder contarle las historias que viví, los gatos que conocí y que en el mundo de los gatos, se oían rumores que una humana loca buscaba a un gato, pero nadie me sabía decir de donde era o hacía donde iba.  

Con mi mamá después de reencontrarla

Llegué a casa y como si el tiempo ni hubiera pasado, me volví a meter debajo del sillón que se hizo pequeño porque ya no entró tan fácil como aquellos días. La voz de mi mamá diciéndome una vez más que salga, llora de felicidad, no puede creer que soy yo. Me saca del mismo sillón que me regañó llorando para abrazarme, besarme y ronronearme una vez más como si fuera la primera vez. 

Me acerca su nariz y la uno con la mía, inmediatamente empiezo a ronronear y decirle lo mucho que la he extrañado, que llegué a pensar que no la volvería a ver jamás y que ya no se separé de mi por favor. 

Mi mamá dice que fueron meses los que me perdí, por lo que entiendo fue mucho tiempo y tal vez si porque mis hermanos y la casa está cambiado pero lo esencial sigue y no puedo creer lo mucho que extrañé a todos. Incluso tengo hermanos nuevos, Bombón me cuenta lo mucho que mi mamá me extraño y que ella la ha cuidado. Lili está enojada conmigo pero ya se le está pasando y ahora ya traigo un collar que no sabía lo muy importante que me hace sentir, así ya no me separaré de mi mamá 🩵.




Germinación

Ahora me doy cuenta que mi vida antes de él, era como vivir en el algodón que se recomienda poner en la base del vaso de plástico. 

Lo era porque todo parecía ir lindo, sentía que todo parecía estar en su lugar y en armonía. Con el tiempo, las primeras lágrimas cayeron cuando Minita tuvo que ser dormida. 

A los 2 días de ese suceso, conocí un pequeño Frijolito negro saltarín muy asustado al que tardé 2 semanas en agarrar para meterlo a mi vasito de plástico, con el tiempo fui ganando su confianza y su amor para que me permitiera introducirlo en mi algodón con agüita. 

Con ronroneos, travesuras, aventuras y platicas ambos le agregamos el amor que necesita una plantita para empezar a crecer. 

Justo cuando aquel pequeño Frijolito germinó a mi me hundió en la raíz, donde mis lágrimas la regaban y pudiera tener el medio necesario para los días (meses) que seguían. 

Al alejarme de él, me hundió en tristeza para ese Frijolito parlanchín tuviera la energía necesaria para continuar el proceso de crecer grande y fuerte. 

Al mismo tiempo, la luz necesaria que una planta necesita para alimentarse se la daba la esperanza de volver a abrazarlo otra vez.

Y mientras más gritaba mi dolor, usaba mi voz para terminar de germinar y que de aquella pequeña leguminosa brotará una linda plantita para que, con el tiempo, crezca en un pequeño arbolito con hojitas como la que alguna vez me dejo al lado de mi almohada. Con olor a tierra donde le gustaba revolcarse.

Siento que una parte de mi se quedo en la raíz y que jamás podrá salir de ahí.

Aquella plantita que nació me está haciendo entender que posiblemente, la misión de mi gatito Frijolito era mostrarme que no todo el tiempo podía vivir en mi algodón, que necesito perder la pena para que la gente me escuché, que debo valorar mis propios sentimientos y emociones; olvidar mi ansiedad de hablar con gente extraña para aprender de ella y expandir mis propios horizontes. 

Tal vez, sólo era recordarme quien soy, rectificar el don de la paciencia, agudizar el oído a los problemas de los demás para ser más empática, ver el mundo (las calles cercanas) con otros ojos para ver más allá de mis pensamientos intrusivos y de ser posible, identificar cuando estoy siendo demasiado egocéntrica y cuando es momento de serlo. 

Fue un recordatorio de la niña pequeña que ama a los gatitos y que su sueño es ayudar a cuantas criaturas se tope en el camino...

Manifiesto

Como todos los días, al dar vuelta a la calle se pone alerta, mueve los ojos para todos lados y le falta mirar más rápido o quizá más ojos para ver por todos lados para ver si de puro milagro y suerte ve un pequeño gatito negro con los ojos redondos y la cola larga debajo de un carro estacionado, asomado en alguna ventana, arriba en una azotea o simplemente caminando como si nada en la calle, tal vez peleando con otro gato; entonces, bajar del carro rápidamente como en las películas, llamarle por su nombre y aquel gatito volteé, ambos tarden en distinguirse unos segundos, entonces, como en un rayo, la pequeña bolas de pelos ahora con cicatrices y flaquito, levante su cola como antena anunciando que es a él a quien busca, ella escuchar el ruido característico de su amigo y reunirse en un abrazo por fin después de tantos meses. 

Ambos corazones lo sabían, como si estuvieran conectados por el hilo que todos llaman rojo, ella exactamente no sabía si fueron en verdad los latidos, las lágrimas o las múltiples plegarias lanzadas al cielo, a la luna, a los santos, al vacío y al universo para que los caminos se volvieran a cruzar. 


Vaya que el universo o el amor se compadeció de ambos para que se volvieran a reunir.


Ella siente un poco de miedo que sólo sea un sueño y despierte a la pesadilla de la realidad sin su gatito lindo, pero no, ahí están en medio de la calle abrazados con lágrimas en los ojos sin poder creer que es el uno y el otro. 


Subiran juntos al carro e irán a casa con el corazón alegre y los ojos húmedos. Él comerá las croquetas que aunque no lo creía, extrañaba. Lo consentirá tanto que los ronroneos no son suficientes para mostrar cuan agradecido está, ni ella sabe a quien agradecer, está al teléfono contando a todos el milagro que acaba de suceder.


No quieren separarse de su lado jamás y deben recuperar todos meses que no se han visto. Ambos tienen mil aventuras que contar, pero será mañana porque ahora dormiran juntos, abrazados como antes de que todo esto sucediera. 




2024

¡¡¡Feliz 2024!!!

Ojalá que este lleno de salud, amor y trabajo. Gracias por leerme otro año más. 

Ya no quiero prometer que escribiré más o haré algo porque parece que es una maldición para no hacerlo. 

Me gustaría ser

Estos días me gustaría ser poeta o al menos, tener más elocuencia y facilidad de palabra para poder plasmar algo digno para mi gatita más hermosa, fiel y cariñosa que haya existido en la faz de la Tierra.

Dedicar algo lo suficientemente hermoso para mostrar lo mucho que la amo y cuanto la extraño, poder describir el hoyo que dejo en mi pecho y lo que daría por haber podido evitar que saliera.

Por despedirme o hacer un gran homenaje a tan gran gatita negrita de mis amores. Tener una foto lo suficientemente linda, hermosa y buena para mostrar TODO lo que era ella en mi vida y en la de muchos. 

Hay días que envidio mucho a la gente que tiene la fortuna de despedirse de sus mascotas, de pelear con ellas hasta el final de sus días. 

Desde que era pequeña siempre he creído que tengo una tipo maldición por la que pagan mis gatos, porque siempre terminan siendo arrebatados de mis brazos en los momentos menos esperados. 

Uno pensaría que con el tiempo me debí haber "acostumbrado" y ya no me dolería tanto como cuando tenía 7 u 8 años; lo "sorprendente" es que si, me sigue doliendo tanto o más que la primera vez que un día ya no regreso mi Minino, mi primer gato, un gato siámes que apenas si me quería porque yo siempre he sido muy encimosa con todos.

Con el tiempo he aprendido a que se les debe dar espacio, respetarlos y adorarlos para que ellos, si quieren, te puedan "elegir" y si no, les debes amar a su modo, a su espacio y a tu tiempo.

Pero después, el dolor se hizo más grande cuando mi Pitufina o mi chicharito no volvieron a casa. Me gustaría saber como o que hice para ya no sentir tanto dolor, pero creo que voy cachando que el dolor siempre ha estado ahí, sólo me había olvidado de la sensación. 

Llegué a pensar que cuando "fuera grande" ese tipo de cosas ya no me sucederían por alguna clase de magia o que si llegaba a pasar, sería demasiado sabia y madura para enfrentarlo. 

Pero resulta que me siento más desubicada que cuando era niña y hasta empiezo a pensar que los animales corren más peligro conmigo que en la calle (pero soy consciente que eso lo dice mi ansiedad con la que he entablado conversaciones en este año para conocerla mejor, pero ese es otro tema).

**** Nota: esto lo escribí el 26 de noviembre y estaba muy muy triste ****

Desde que

Desde que se fueron el color de su pelaje traspaso mi piel y empezó a consumir mi energía hasta formar un enorme hoyo que me hace sentir mucha infelicidad en los momentos de soledad y por cada sonrisa fingida se multiplica la sensación de vacío. 

Desde entonces, tengo miedo que se repita cualquiera de las 2 tragedias, mi ansiedad me dice que debo tener más fotos, vídeos y planes de prevención o emergencia. 

Debo encontrar una marca distintiva de cada uno porque el amor y lo especial que son para mi, no se pueden plasmar en una foto, en un papel o trasmitirlo en una platica cara a cara. 

Tengo la sensación de que debo consentir más a los que tengo a mi lado porque no puedo saber cuando será su último día conmigo, valorar cada momento porque todo siempre pasa muy rápido. 

Incluso, tener dinero disponible por si de suerte aparece el más pequeño o tengo que ofrecer una cantidad mayor para que la gente me tome en cuenta y se de cuenta de "lo mucho que quiero a mi gato".

Desde que se fueron he conocido varios santos, dioses, religiones, creencias que me había olvidado que tenía; he aprendido a distinguir sonidos, sentimientos, pensamientos y sueños. 

Mis letras se concentraron en fuerza de mi voz para tratar de llegar a más rincones sin saber el verdadero resultado. 

Me siento sola, asustada y triste por no tener alguna mínima noticia de mi gatito, de no haberme despedido "bien" de ninguno de los 2 que me deja con una sensación fea de saber que ellos pudieron sentir algo con más fuerza o que la sienten tanto o más que yo. 

Desde que se fueron tengo miedo de olvidar su voz, sus recuerdos. Mi mente duda que en verdad vivió momentos hermosos a sus lados y que sólo los soñé. 

Ya no quiero sentir esta culpa por saber que pude hacer más y que cuando enfrente esa pregunta no sepa que responder porque a pesar que he hecho varias muchas cosas, siento que no son suficientes o tendría mejores resultados o, al menos, no tendría esta sensación. 

A los 5 minutos entiendo que es mi ansiedad, sólo necesito respirar, no retener sentimientos y dejar que me inunden, buscar alguna idea rescatable; pero estoy en un mar agitado, negro, furioso y desbordado imposible de controlar.

Ya es tarde, el nudo se hace más grande en el pecho, creo que se extendió al estómago y quiero explotar, correr lejos de mi, de mis propios sentimientos porque me lastiman más; pero no, debo agradecer tenerlos y sentir todo esto que siento. 

El escribirlo ya es avance y el publicarlo más. La terapia funciono, el nudo se deshizo y las lágrimas ya no salen tan "fácil" ante cualquier provocación que no tiene nada que ver con mis gatitos. O a lo mejor, la tristeza se hizo mi amiga.

Un día a la vez...

Todas mis palabras

Todos los días me despierto con la esperanza de encontrarlo dormido en mis pies como la última vez que lo vi y que todos estos sentimientos que siento en el corazón se hayan quedado en el recuerdo de una horrible pesadilla que se me quitará al abrazarlo fuerte contra mi pecho y se me olvidará con oír su ronroneo hasta volver a quedarme dormida.

Hoy, las lágrimas se han mantenido a raya. Siento que he comido mejor y el dormir...ya no estoy segura si mejora o no, así que no puedo darme un diagnóstico certero. 

Ya no sé si la tristeza hace que salgan las palabras o la ausencia de ella. Siento que escribo como sin alma, me pongo a pensar que mi propio yo se fue aquella mañana del 17 de junio con él. 

Las letras no se acomodan bien porque parecen poco, he olvidado que pueden transmitir sentimientos y emociones pero también me digo que no sirven de nada porque nadie las quiere leer, mucho menos en postes de luz con la foto de un gato negro con los ojos grandes y la cola larga. 

La música suena vacía porque lo único que deseo es escuchar que me responda con su característico chillido después de gritar su nombre por las calles, ubicarlo y traerlo a casa.

Camino por las calles tratando de encontrar mi felicidad en 4 patitas, gritando mi esperanza para que la gente se apiade de buscarlo conmigo o mejor aún, me de algún mínimo indicio de que lo vieron para plantarme ahí hasta recuperarlo. 

Hablo con los árboles porque ellos son los guardianes que escoltan la calle y seguramente son los únicos testigos de ver a mi pequeño negrito correr asustado, confió en ellos para que se conecten con su colita larga, la use como antena y lo guíen de regreso a casa o a mi encuentro. 

Prendó velas con mucha fe para iluminar su camino y mantener mi esperanza, pero sobre todo, mi ánimo; para no sentirme tan sola en este mundo enorme y tener una compañera de llanto para fortalecer mi corazón. 

Hablo con los gatos que me encuentro con el deseo de que me guíen hacía él o que al menos, no sean tan indiferentes como lo somos los humanos y me respondan aunque no entienda lo más mínimo. 

Lloro como si cada lágrima fuera a formar su pequeño cuerpo a mi lado o pudieran regresar el tiempo para evitar que se saliera.

Me desespero de no encontrarlo como si eso lo mantuviera a salvo de perros horribles que lo quieran dañar, de humanos que lo quieran envenenar o usar para cualquier cosa terrible por creencias ridículas. 

Combato pensamientos pesimistas porque son los únicos que lo pueden mantener a salvo del mundo cruel del que intente protegerlo sin éxito. 

He tardado en escribir porque me siento egoísta por sólo estar hablando de mi dolor cuando lo verdaderamente importante es que mi gatito se encuentre bien donde quiera que esté. 

No quiero ser consciente del tiempo que ha pasado desde su desaparición porque me da más angustia, miedo, ansiedad e impotencia por no poder encontrarlo. 

 🎶 Ya no sé qué puedo hacer si hasta me quedé sin voz 🎶

Cosas

Aprovecharé este tiempo que soy anónima por 5 minutos, agregando que a nadie le importa y que de pilón, no sé que más publicar para poner: 

Cosas que posiblemente no se saben ni me gusta decirlas de mi.

  • Tengo pecas en la mitad de la cara.
  • Duermo con un conejo llamado Fifiriche porque creo que me ayuda a no tener pesadillas.
  • Hablo como perico...sola.
  • Bailo cuando creo que nadie me ve.
  • Todo me recuerda una canción.
  • Mi separador de libros son post it y los voy poniendo en el libro si encuentro una frase que me guste o me pone a pensar.
  • Cuando era peque, jugaba a ser la maestra.
  • Tengo como mil amores platónicos.
  • Me gusta subirme a la azotea a aclarar mis pensamientos y de pilón, veo el paisaje
  • Escribo en cualquier lado, casi cualquier cosa que me pase por la mente
  • Mato chistes tratando de explicarlos o riendo antes de terminarlos.
  • Me pongo roja por casi cualquier cosa,
  • Lloro cuando nadie me ve porque no me gusta que vean. Si me ven llorar es porque no aguante o de verdad paso algo muy grave que me duele. Y si, lloro mucho.
  • Me da miedo It y casi todos los payasos.
  • No soporto por nada del mundo la canción Revolution 9 de The Beatles, me aterra no sé porqué.
  • Odio la sopa de fideo y la longaniza.
  • Guardo boletos y papeles "insignificantes".

  • No sé dar sorpresas porque me emociona ver la reacción de la otra persona lo antes posible.

  • Me altera de una manera muy fea la gente que hace ruido al comer, ya sea masticar con la boca abierta, si sorbe cualquier líquido, hace buches o casi cualquier ruido con la boca cuando comemos. Incluso, si come rápido. Me torturan ruidos fuertes.
  • Cuando hay mucha gente o hace mucho calor, me sofoco y me dan como ganas de desmayarme. Creo que soy un poco claustrofobica porque a veces sufro de ataques de ansiedad por eso.
  • Me da miedo no morir y quedar encerrada en el ataúd y morir así o quemada, pero prefiero que me incineren cuando llegué el día.
  • Me gusta ver a la gente cuando piensa que nadie la ve y como Amelie, verla en el cine, en un concierto o lugares cotidianos.
  • A veces, hablo con frases pegoteadas de canciones o películas.
  • Soy asexual.
  • Me parece que soy alérgica al café porque si lo tomo me da temblorina, mucha ansiedad y a veces diarrea.
  • A veces voy por la calle y juego a no pisar las rayas.
  • En ocasiones entiendo los albures y me hago tonta, otras en serio no los entiendo e igual me río.
  • Hablo y canto sin darme cuenta.
  • Me distraigo con mucha, en serio mucha, facilidad.
  • Cuando veo estatuas o esculturas imagino que se mueven, como si fueran personas que se pintan.
  • Hago caras chistosas casi sin querer.
  • No veo los simpson y no no entiendo las referencias.
  • Una vez le grité pendejo a Dárgelos y creo que se rieron conmigo.
  • No me gusta que la gente sepa lo que me apasiona o siento que me harán burla.
  • No puedo susurrar.
  • En los conciertos canto y bailo aunque no conozca a la banda porque siento que sienten feo. 
  • Sólo digo groserías fuerte cuando en verdad estoy muy enojada con la gente.
  • Me molesta que la gente no me escuche y al mismo tiempo odio mi voz cuando hablo quedito.
  • No me gusta peinarme ni maquillarme porque siento que parezco payaso.
  • Me deprimo con mucha facilidad.
  • Hablo con la luna.
  • Creo en duentes, hadas y fantasmas.
  • Mis sueños creo que tienen mucha imaginación o hasta cierto hechizo de premonición. A veces, les pongo música.
  • Como 2 veces me desperté riendo. Jajajajjaa, fue muy gracioso el último.
  • Hablo con analogías y siento que no me entienden.
  • Soy cursi (muy cursi).
  • Me siento atraída por las cosas "raras y diferentes". Me siento identificada y pienso que yo sería esas piezas o esos animalitos, por eso les trato de dar amor o las elijo.
  • La piel se me pone chinita casi con cualquier canción. Me emociono demasiado.
  • Voy sumando los dígitos de los números de las casas.
  • Si traigo pantalón se me olvida subir el cierre.
  • Me gusta la luz de la cocina que da entre las 5 y 6 de la tarde porque puedo comer sin prender la luz, además me recuerda que a esta hora mi abuelita hacía de comer y la luz le daba muy bonito. O cuando llegaba mi mamá con mi tío bigotes y comíamos.
  • Me molesta la gente arrogante.
  • Amo los columpios.
  • Camino al ritmo de la canción que escucho.
  • Si me mientes, me alejo de ti.

  • Tengo pánico escénico.

  • A veces, exagero con mi optimismo

  • Una vez soñé que se rompía mi zapato y al despertar, estaba roto lo juro. 

  • Hablando de zapatos, una vez fui al teatro con un zapato diferente al otro, es decir, no eran par pero se parecían mucho.
  • Mi ojo izquierdo, según yo, es tantito más claro que el derecho, o al menos, tiene manchas más claritas que el resto del iris. 
  • Tengo muchos lunares en todo el cuerpo. 
  • Me empiezo a reír sola.
  • Me encantan los girasoles y cuando me muera, estaría de lujo que sólo tenga esas flores y/o claveles rosas o las flores que sean pero que no sean de muertos. 

  • Me estresan/alteran mucho las discusiones.
  • Me gustan mucho los overoles porque me acuerdo cuando mi mamá  me los ponía de pequeña.

  • Me gusta mucho y me divierte demasiado disfrazarme en día de muertos.

  • Amo ser introvertida, aunque se ponga complicado y sueñe con no serlo. 

  • Creo firmemente que una vez, vi a la muerte tomar forma humana.

  • Cuando era pequeña me vomitaba en el carro, tome medicina, pasaron los años y de milagro, ya no me sucede.

  • Cada año pido deseos a los reyes magos, casi siempre son conciertos y este año, se están cumpliendo muchos de hace muchos años. (Gracias, gracias).

  • No me gusta tener notificaciones pendientes en mi teléfono. Ni mails sin abrir. 

  • Tengo muchos conciertos favoritos y me cuesta trabajo elegir cosas favoritas de distintos temas.

  • Divago un poquitín. 

  • Me gusta hablar con mis mascotas, pajaritos y peces cuando fui al mar.

Esta lista la escribí en el 2017 y la última vez que la alimenté fue en el 2019, hace rato me estaba lavando los dientes y se me ocurrió retomarla y tener valor de publicarla agregándole cosas recientes, pero siempre siento que aún me faltan cosas, así que podría actualizarla en casi cualquier momento. 

Here comes the sun


El calendario de pared marcaba su número de la suerte, pensó que no podía recibir una mala noticia aún si el cuerpo temblaba, el estómago se encogía esperando el golpe de lo que se venía.

La intuición susurraba algo de lo que estaba segura en algún rincón pero lo demás no querían creerle, se tuvo que ir a la oscuridad porque todas las emociones la callaban y molestaban, se sentían incomodos con su "poder", principalmente la alegría y "la energía positiva" porque el corazón las bombeaba más rápido para tratar de que nadie más oyera a la intuición pregonar que tenía razón. 

Fuera del cuerpo, se percibía como taquicardia obligando a realizar ejercicios de respiración pensando que la culpable era la ansiedad. 

Todos se mantenían en guardia, la música anestesiaba pero aún así a veces le susurraban al oído que revisara la bandeja de entrada.

Cerca de las 15:30pm ahí estaba la respuesta que ponía a todos en alerta para ver que emociones se desataban hacia la meta.

La misma canción que 4 años antes anunciaba que había conseguido el empleo, ahora sonaba como fondo para avisar que no se había conseguido está vez...


Supongo que aún no es tiempo de que venga el sol

Mi moustro

Weheart

Siento que mi moustro interno se hizo más fuerte porque un “simple” outfit ya no lo aturde, confunde o lo deja callado. Se volvió necio e incontrolable porque no quería ni negociar. 

No sé si creció o yo me hice pequeña.


Le llevé flores pero creo que era alérgico porque me las aventó en la cara.


Lo pinté de colores “alegres” pero se burló de mi.


Le propuse vestirlo con prendas kawaii pero se negó a probarlas porque decía que se veía ridículo.


Le puse música pero tenía un megáfono que le servía para gritarme cosas horribles y no me dejaba disfrutar la magia que en otras ocasiones, los compases y ritmos me ayudan.


Me quedaba en silencio para acompañarlo solamente, pero aprovechó para hacer una fiesta y desatar demonios que estaban enjaulados.


Él sabe que escribir me dan la fuerza necesaria para enfrentarlo, no le gusta que lo describa por eso se adelanto y secuestro mis palabras para mantenerme incomunicada.


Amarró mi voz y el disfrutar cantar, la única manera de que no me lastimará era durmiendo, pero me despertaba temprano cuando susurraba escenarios terribles para evitar que descansará.


Es como si agua negra me rodeará y mi mente se defiende llorando, confieso que he sido un poco cobarde porque no he enfrentado el miedo como en ocasiones anteriores, es como si me hubiera olvidado de como lo logré en eventos pasados y hasta me desconozco por momentos. 


Los pensamientos me invaden y sólo tengo energía para tirarme al piso, esperar que me golpeen hasta que se cansen o me enoje lo suficiente y, tal vez así, tener el valor de levantarme para pelear. 


Me tenía en el suelo gritando y con ataques de ansiedad, con llanto incontrolable y pensamientos oscuros hasta que Amito me tomo la mano y conocí la canción correcta… parece que al moustro le gustó porque se calmó, se puso a bailar, cantar y llorar de la hermosa sensación que produce la voz de Aurora, tanto que ahora no puede dejar de reproducirla.



Perdón tantos post un poco oscuros.

Un día más

No es la primera ni será la última vez que me "corran" de algún trabajo. Al final, es una relación (estrecha o no pero es relación) que debe convenir a ambas partes en todo sentido.

Hace tiempo mencioné que en el campo de trabajo en esta área era muy amplio, lo que no contemple es que también hay muchas personas buscando empleo. 

He llegado al punto en qué no sé si es porque me faltan conocimientos, estoy postulando para puestos que no son para mi o simplemente me estoy auto-saboteando. 

Desde que me dijeron adiós muy amablemente, siento que la vida se ha tornado un poco confusa; parece que el tiempo se detiene o avanza de una manera diferente a la del resto del mundo y hay días que los fines de semana son mi peor tormento. 

Hay días que abro los ojos y que creo que ya toque fondo, que no puedo sentirme peor y al día siguiente me siento caer por el hoyo del conejo blanco hacía el país de las maravillas. 

Otras mañanas me levanto con la seguridad que es mejor no tener trabajo a tener uno que sea como aquellos seguros horribles que sentía que me querían volverme gris y fría como lo son aquellas oficinas que deben "representar a la empresa" con ropa formal.  

Algunas veces me siento tan positiva y con la energía necesaria para mandar una solicitud con las suficientes ganas para que me llamen y continuar el proceso, pero pasan los días y compruebo que esas sólo son los creencias mías y que necesito más allá de sólo mi "buena energía" o lo positivo que diga mi horóscopo semanal. 

He llegado a alegrarme cuando me rechazan de alguno porque al menos sé que me están leyendo y, aunque no me vaya bien, sé que es porque no es para mi y me da una pequeña luz de esperanza para continuar. 

Me baño con la esperanza que los pensamientos malos sobre mi se vayan por la coladera y no vuelvan, a ratos funciona. 

Desayuno vergüenza porque mi cabeza no para de mencionar que no sirvo para nada.

Me pongo a limpiar para sentir el control de algo porque la ansiedad me supera varias veces y el ver limpio el piso o un simple vaso me regala cierta sensación de paz en mi interior, aunque sea por un momento. 

Necesito ordenar algo para saber que puedo ordenar mis ideas y sentimientos, siento que me he olvidado de la libertad que tenía hace varios años y al mismo tiempo siento que de tanta libertad que han tenido y tienen es la causa de mi inestabilidad emocional en la que, me apena decirlo pero, siento que he caído. 

Más tarde, puede que la niebla me permita ver algún pensamiento claro y me permita escribirlo o plasmarlo en pintura y si no, me refugio en el sueño o en alguna lectura para tratar de olvidar lo insignificante que soy y que me siento. 

Si nos va bien, la parte de mi que se siente pequeña despierta para decirme que necesita ver una peli que la inspiré, necesita música que le recuerde cuando era fuerte y valiente.

Llega la noche y volvemos a la caída, no me da miedo el golpe en si, me asusta el camino y que tan oscuro lo debo atravesar o que tanto soy capaz de oscurecerlo. 

Me abrigo en las cobijas con la esperanza que mañana cambie algo en mi pensamiento o en mi suerte y me llegué el anuncio que estoy en un buen trabajo que me haga feliz como lo venía siendo en estos últimos años. 

O al menos, que se vaya esta confusión, que las lágrimas me den cierto consuelo y los pensamientos que vienen de visita no vengan acompañados de ansiedad. 

Así han sido varios días (o semanas), no lo sé precisamente porque claro que también, en el camino, me he encontrado cantos y bailes, personas que muestran su apoyo incondicional y una que otra mano amiga en esta búsqueda.

Supongo que más que queja, debo agradecer esta oportunidad de crecer personal y profesionalmente aunque no lo vea o entienda en este momento.