Y creo que después de eso el año se empezó a ponerse interesante. El Ceremonia lo inauguró con Massive Attack y Modeselektor. Seguido de un viaje que me mostró como soy, como son los demás y a darme un poco de visión de las cosas que quiero en verdad.
Otro mini raspón de corazón dolorido que se curó sin querer con un trago de tequila con refresco de una sola tajada. Como debe ser.
Y así regresé a la CDMX, medio intoxicada y más desubicada que como me fui. La música de los Beatles me ayudó a relajarme y entender que ya estaba dentro de una relación tóxica con el trabajo que hacía 12 meses atrás adoraba y amaba con el corazón.
Un consejo, un viaje a Guadalajara al Corona Capital, ver a los Yeah Yeah Yeahs contigo presente en mi mente, The chemical brothers, terminar como pechuga empanizada y una enorme caminata me dió la paciencia necesaria para aguantar otro rato porque el momento indicado llegaría.
Parece que las cosas se empezaron a acomodar porque tuve una foto con las personas que hasta el momento me enseñaron demasiadas cosas de programación y de mi misma.
Junio empezó mal desde que supe que mi banda favorita también me puede romper el corazón con una lista de temas. A los pocos días rematar cuando fui despedida de la que consideraba mi casa.
Sinceramente me sigo sorprendiendo a mi misma por la actitud de campeona que tuve en ese momento. Sonriendo, como ahora sé que las personas me reconocen, liberada y ahora más que nunca agradecida porque me haya sucedido eso.
Ahora me siento como los pajaritos, que los padres les dan una patada en el trasero plumoso para que se echen a volar o de otra manera no lo harán. Karma hizo eso conmigo, me aventó porque sabía que estaba preparada para nuevos retos y volará muy lejos.
Obvio que me caí, ese golpe me pegó más que cualquier otra bebida embriagante. Pero no había tiempo de ponerse triste, eso ya lo había hecho muchas veces y este año no quería repetir todo lo que ya he hecho.
Era un año de intentar nuevas cosas. Eso me llevó a tomar curso de UX y caer en una empresa de la que casi me arrepiento de haber entrado, pero sin mi estadía en ese horrible lugar gris no habría viajado.
GNP me enseñó todo lo que no soy o mejor dicho, no quiero ser. Entendí todo lo que me decía mi querido líder supremo, Javi du y Mike; me enseñó a añorar los consejos de Alexis y por supuesto, la amistad de Malú, Cit, Kiki, Fany y Liz.
Claro que conocí a gente nueva que meses después me mostró que también es mi amiga; descubrí que si soy un poco rebelde y que no soy lo malo que mi cabeza me grita que soy.
Pero repito, agradezco haber estado ahí porque fue lo que me dio la estabilidad y justo sentirme enjaulada para tomar el valor sin pensarlo y confirmar la analogía de los pajaritos.
El añorar noviembre me daba fuerza para ir a "trabajar" (si a eso se le puede llamar así) hasta que un día me cansé y de un momento a otro estaba firmando la renuncia sin medir las consecuencias de ello. Yo sólo deseaba salir de ahí.
Tiempo de probar mi paciencia y de ser posible idear un plan b. Entrar en súper modo austeridad para ahorrar lo más que se pudiera y desear que el tiempo pasará lo más rápido posible.
Subirme a una moto, vomitar en un carro ajeno, ver a los baba en el auditorio y volver a ver a Auro, sirvieron para aturdir la distancia que me separaba de ti hasta tener noticias tuyas.
Una entrevista con uno de los outfits del año y una prueba al día siguiente ocasionó que mi modo súper positivo dijera que era mejor no trabajar, así me iría y regresaría sin problema. El día menos pensado Abi me mando mensaje dando una de las mejores noticias del año. ¡Conseguí trabajo!
Lo más acertado que pude hacer es soltarme a llorar como vil loca porque todo dentro de mi aplaudía y explotaba en mil colores. Por si fuera poco, Iñaki de los bandalos chinos tocó en la guitarra "here comes the sun" y me la adueñe porque justo así me sentía.
No conforme con esa felicidad, me contesto el mensaje que le mandé y posiblemente fue de los días más perfectos que he tenido en mucho tiempo.
2 días después mi cuerpo no daba más con tanta emoción. Fui por primera vez a un concierto yo sola, en serio completamente sola, es decir, sin conocer ni a un solo fan o alguien a mi alrededor para ver a una de las bandas que marcó este año: Bandalos chinos. El tiempo que duró el show me hicieron entender que los amo y que son parte de mi vida a partir de ya.
Conocer nuevas personas, entrar a un nuevo trabajo que me ha retado desde que entré y sé que lo seguirá haciendo es de lo que más he agradecido en el año.
Y finalmente llegó el mes que esperaba hace años. Iniciando con una locura que jamás pensé hacer y creo que se abrió el mes de las locuras y de despedirme de ti con todo el dolor de mi corazón.
Diciembre y la nostalgia que trae consigo naturalmente ha hecho más difícil terminar de decirte adiós, olvidar lo que fue, dejar de imaginar lo que pudo ser y seguir recordando todo lo hermoso que ha pasado hasta el día de hoy.
Un cumpleaños igual de curioso que años anteriores pero con muchas felicitaciones curiosas para confirmar como me sentí todo el año.
En fin. Un año de muchos retos que me enseñó que los momentos bajos son importantes para las subidas y que también se deben disfrutar.
Gracias 2019 por hacerme viajar mucho, conocer a mis hermosas amigas, por tener bandas como las que sigo en mi vida, por mi familia, mis amigas y por hacerme consciente de todo esto.
Comentarios
Publicar un comentario