7 de noviembre de 2021
weheart |
Hola, calabacito:
¿Te acuerdas el año en que tenía planeado todo el disfraz, una semana antes ya me urgía estrenarlo para lucirlo contigo; llegó el mero día, la pintura se salió por completo de la lata y ya no pudimos disfrazarnos bien? Me enoje mucho ese día, no supe bien si fue tristeza en verdad o frustración, tal vez una mezcla de las 2 cosas, pero el tenerte conmigo me calmo mucho.
He descubierto que amo disfrazarme porque puedo ocultar mi propia inseguridad, que un trapo cubre mis dudas o al menos hace que se me olvide que soy miedosa y tímida al menos una vez al año.
¿Te das cuenta que la gente vive muy aprisa? o ¿será que yo me volví muy lenta? Pienso que desde que se empezó a usar más seguido el celular las personas nos volvimos aún más ansiosas porque todo lo queremos a la voz de ya.
La comida rápida se volvió más rápida en la comodidad de tu casa, no tienes que salir al cine porque ya puedes rentarla y en un click se te puede resolver la vida, claro que eso lo digo desde el privilegio que tengo detrás de una computadora.
Alguna vez Dárgelos dijo que vivimos en una era que queremos todo de prisa y no terminamos de disfrutar una cosa cuando ya necesitamos la siguiente. Lo digo porque para el 3 de noviembre todo se vuelve navideño.
Todo se quiere apresurar y yo apenas sigo saboreando la fruta de la ofrenda. Es chistoso porque al año parece que ya se quiere terminar porque los últimos meses siempre se pasan más rápido que los primeros, como si fuéramos colina abajo sin control.
¿Tú crees que la vida te cobre los momentos lindos y buenos que pasas con algo de la misma fuerza y magnitud? Digo, eso pasa con los vectores. ¿La vida será un vector? lo siento, a veces sale mi ñoñez a flote.
Es que recuerdo que siempre esperaba con muchas ansias octubre porque me sucedían cosas lindas, no importaba que en todo lo que iba del año la pasaba mal, la magia de octubre borraba todo, la vida se convertía en naranja y a mi cara se le dibujaba una sonrisa como a cualquier calabaza en EUA para halloween.
Si yo fuera una calabaza sería de esas medio palidas, chiquitas y delgaditas, la abres y es tan dulce que seguro te empalagas. ¿Cómo serías tú si fueras una calabaza?
Siento que esta carta se esta extendiendo con cosas sin sentido, pero es que hace mucho no te escribo y debo aprovechar estos momentos de pequeña iluminación, pienso que mientras más seguido escriba mejor lo haré y podré resumir mejor las ideas o contarte mejor las historias. ¿Tú que crees?
Espero que estés abrigado porque acá en mi montaña no falta mucho para ver blanca el cerro más alto.
Tu calabaza
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