- Señor gato, ¿qué camino debo tomar para irme de aquí?
- Depende de a dónde quieras llegar... sonrío.
- Mientras llegue a alguna parte... dijo Alicia.
- Entonces no importa qué camino tomes. Siempre llegarás a algún lugar (...)
En el árbol, el gato de Cheshire desapareció, lentamente, hasta que quedó su sonrisa flotando en el aire. Una sonrisa sin gato.